Conversamos con el Ing. Mariano Re, Investigador del Laboratorio Hidráulico del Instituto Nacional del Agua (INA) de Argentina y Asesor Hidrológico por la Argentina ante la Organización Meteorológica Mundial (OMM). El Ing. Re nos cuenta sobre el estado actual de la Cuenca del Plata – la segunda en extensión en Sudamérica y la quinta cuenca más grande a nivel mundial – y los considerables impactos sociales, económicos y ambientales causados por una persistente sequía en la parte alta de la Cuenca.

CRC-SAS: ¿Cuál es la situación actual de la Cuenca del Plata en cuanto de precipitación y sequías?

MR: Según viene mostrando el Servicio de Alerta Hidrológico de la Cuenca del Plata, se ve un gran déficit de precipitación, que es generalizado, pero que principalmente se observa en la cuenca alta. Esa situación se viene sosteniendo durante varios meses e impacta en los ríos de la cuenca, que presentan situaciones de bajante.

En los análisis de anomalías (ver panel derecho, producto del SISSA) se ve claramente que ha llovido mucho menos que la media histórica, sobre todo desde comienzos de 2020 en la cuenca alta. Esto nos ha llevado a una situación crítica, muy importante en los últimos 50 años.

Foto: INFOBAE.

CRC-SAS: ¿Cuáles son los impactos más visibles hasta el momento?

MR: Los impactos tienen que ver con la disminución de niveles en todos los ríos principales de la cuenca del Plata. Esta disminución ha producido impactos principalmente en tres sectores. Un sector afectado es la provisión de agua en algunas poblaciones, ya que varias tomas de agua se han visto afectadas y han tenido que readecuar su infraestructura.

Otro impacto es en los ecosistemas acuáticos, en la población de peces. Pero uno de los principales impactos tiene que ver con la navegación y los niveles en los ríos, sobre todo el Paraná. Esto trajo problemas de logística y de maniobrabilidad en esa ruta de navegación, y eso ha generado un impacto económico muy grande. La Bolsa de Comercio de Rosario ha estimado que las pérdidas por este motivo han sido millonarias. La Hidrovía Paraguay-Paraná funciona, pero no a cargas máximas y a menores ritmos, con mayores riesgos, todo porque hay menores calados en los ríos, en los pasos críticos de la navegación.

Fuente: Instituto Nacional del Agua, Argentina

CRC-SAS: ¿Qué indican los pronósticos climáticos para los próximos tres meses?

MR: La perspectiva trimestral del Servicio Meteorológico Nacional (Argentina) indica una continuidad de esta situación en cuanto a las precipitaciones. Los pronósticos que se hacen desde el Sistema de Alerta de la Cuenca del Plata, desde el Instituto Nacional del Agua de Argentina, indican lo mismo: no habrá mayores cambios en cuanto a esta situación. La tendencia es a seguir así, al menos los próximos 2 o 3 meses. La única perspectiva de recuperación sería que aparezca una situación de lluvia en lugares muy particulares, pero eso no se está vislumbrando aún.

CRC-SAS: Desde la gestión de recursos hídricos, ¿qué medidas se están implementando o se podrían implementar en el futuro?

MR: Hay varias acciones en marcha y otras que se podrían implementar en el futuro. El diálogo a alta escala con los países vecinos de la cuenca es muy importante. Ahí ha participado Juan Borús en representación de Argentina y se han establecido acuerdos sobre erogaciones de las represas de Brasil, por ejemplo. Esto ha mitigado un poco la situación de la navegación en la parte norte de Argentina. Este es un claro ejemplo de gestión que se hizo ad hoc, frente a esta situación.

Pensando hacia el futuro, me parece que, desde la gestión hídrica y la gestión en general, hay que apoyar las iniciativas que tienen las instituciones intergubernamentales que están trabajando en la Cuenca. Por ejemplo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) tiene en marcha dos programas: uno tiene que ver con compartir datos dentro de la cuenca, y el otro se vincula con crecidas. Pero fundamentalmente tienen que ver con el fortalecimiento de las instituciones que se dedican a los pronósticos climáticos e hidrológicos en la Cuenca del Plata. Hay que apoyar estas iniciativas que integran a la región, fortalecen a los científicos de los países, y ayudan a mejorar las gestiones locales.

También, desde la gestión, se podría institucionalizar y protocolizar el diálogo con los países vecinos, para establecer planes de acción frente a estas situaciones.  Son cosas que llevarían mucho trabajo, mucha discusión, pero que hay que ponerlas sobre la mesa, más aun considerando la posibilidad de que esto vuelva a ocurrir. También fortalecer los organismos científico-tecnológicos que se dedican a estos temas, por ejemplo en Argentina el Instituto Nacional del Agua (INA), el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), con más personal e infraestructura.

CRC-SAS: En tu opinión, ¿qué podría aportar el Proyecto SISSA a este diálogo interinstitucional?

MR: Creo que el SISSA está elaborando productos con un alto nivel de síntesis. Si estos productos se pueden gestionar de manera interoperable y están accesibles para distintas instituciones, sería un insumo muy interesante para los pronosticadores hidrológicos. Me interesa mucho por esta regionalidad, ponerse de acuerdo entre varios países para generar productos sencillos y con alto nivel de síntesis. Me parece una propuesta muy interesante.