GAR 2021. La sequía de 2017-18 en la Pampa Argentina: Impactos en la Agricultura

El Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de Desastres (GAR, por sus siglas en inglés) incluyó 17 casos de estudio, uno de ellos referido a la sequía que afectó a la región pampeana argentina en el 2017 y 2018, y que fue llamado por algunos «el desastre natural más costoso registrado en Argentina.»

En la elaboración de este caso de estudio participaron expertos de instituciones miembros del Proyecto SISSA por Argentina: el Servicio Meteorológico Nacional; la Oficina de Emergencias Agropecuarias del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca; la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA); el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET); el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). Participó, además, un investigador del Centro Común de Investigación (JRC, por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea.

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Una sequía intensa ocurrió entre fines de 2017 y principios de 2018 en la Pampa Húmeda del centro-este de Argentina. La sequía estuvo relacionada con un evento La Niña moderado y con otros modos intraestacionales de variabilidad atmosférica. Varias localidades de la Pampa Húmeda mostraron mínimos históricos de precipitaciones durante este evento. La falta de lluvias se vio agravada por las altas temperaturas y las olas de calor observadas a principios de 2018.

La sequía de 2017-18 tuvo impactos considerables sobre la producción y rendimiento de maíz y soja. Al propagarse por toda la economía argentina, las pérdidas en estos cultivos (alrededor de 1550 M USD) se triplicaron a unos 4600 M USD. Los impactos en la producción ganadera fueron menores que en sequías anteriores debido a la intensificación de los sistemas de producción, por ejemplo, el traslado del ganado a corrales de engorde donde el alimento se produce externamente. Una estimación conservadora sugiere que el PIB de Argentina disminuyó al menos 0,8% debido a esta sequía.

La principal reacción gubernamental ante una sequía en Argentina es la declaración de “emergencia agrícola”. Esta declaración pospone el pago de impuestos provinciales y nacionales, extiende las fechas de vencimiento del pago de préstamos y brinda inmunidad contra ejecuciones hipotecarias bancarias.

Hay múltiples acciones posibles para la mitigación de los impactos de la sequía, tanto por parte de los gobiernos (por ej., habilitando la adopción de seguros agrícolas y de buenas prácticas agronómicas para agregar resiliencia) como por parte de individuos o empresas (por ej., modificando la asignación de tierras o la carga animal, el manejo agronómico y las estrategias de comercialización). Las respuestas a nivel de finca son efectivas bajo sequías débiles a moderadas, pero los eventos fuertes superan la capacidad de amortiguación de impactos, particularmente para las fincas pequeñas.

Las responsabilidades por la gestión de la sequía están dispersas entre muchas instituciones argentinas en múltiples niveles jurisdiccionales. Existe poca coordinación entre estas instituciones para definir quién debe realizar qué acciones y cuándo –antes, durante y después de una sequía.

Hay necesidad de diseñar arreglos innovadores para asegurar la participación de un conjunto diverso de actores (ONGs, productores agropecuarios individuales, asesores agronómicos y agentes de extensión agrícola) para ayudar a diseñar conjuntamente sistemas más eficaces de información sobre sequía.