Dialogamos con Juan Borús, hidrólogo, subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA) de Argentina, acerca de la situación, las causas e impactos de la sequía que afecta el norte de la Cuenca del Plata.

 

Bajante Paraná- Foto Diario Perfil

 

CRC-SAS: ¿Qué es lo que está ocurriendo en la Cuenca del Plata?

JB: Estamos sufriendo los efectos de una sequía que empezó en junio de 2019. Es un ciclo que no terminó todavía y no se tiene claro cuándo va a terminar. Esta sequía nos empezó a llamar la atención en marzo del 2020, cuando se empezó a manifestar de una manera irreversible, y sobre todo cuando la alta cuenca del Paraná, en Brasil, empezó a mostrar una disminución de su aporte muy significativo, disminución que obligó a un seguimiento hora a hora, porque nos puso adelante el grave problema que tiene la Argentina con las tomas de agua urbana.

CRC-SAS: ¿Qué ríos afecta?

JB: En principio, todo el Paraná, desde sus nacientes hasta la salida en el estuario. El río Iguazú, uno de los afluentes principales, que ahora está en una situación medianamente normal. Y el río Paraguay, donde empezó la bajante, que el año pasado tuvo una bajante muy importante y es posible que este año sea peor que la del año pasado.

CRC-SAS: ¿Esta situación se debe a la sequía que está ocurriendo en la parte alta de la cuenca, en el sur de Brasil?

JB: Si. La causante es la sequía, que veníamos siguiendo mes a mes y ahora con mucha más frecuencia. Yo diría que el seguimiento es diario, de manera de poder entender el proceso que se ha dado hasta ahora y, por otro lado, ver dónde está la salida del túnel; si la situación va a seguir así todo el resto del año, e inclusive el comienzo del año, o no. El escenario de mayor probabilidad está suponiendo que vamos a continuar así, por lo menos hasta el 31 de diciembre, con la posibilidad de que el primer trimestre del año que viene sigamos estando igualmente de mal. Obviamente, es un escenario de pronóstico. El horizonte de tres meses con que se trabaja en las reuniones de tendencia ha demostrado ser el más el adecuado, el más racional.

 

Foto Radio Nacional

 

CRC-SAS: ¿La bajante del Paraná está en un nivel histórico?

JB: La Bolsa de Comercio de Rosario tiene datos diarios históricos (de Rosario) desde 1884 y si miramos esa historia aparece octubre de 1944 como el momento de la bajante más marcada, que fue del orden de 1,35mt por debajo del cero de escala. Realmente grave. Y ahora vamos rumbo a ese valor, o a estar  muy cerca de ese valor. En principio, de los escenarios que nos estamos planteando como posibles, al que le asignamos mayor probabilidad, es un réplica de 1944.  Esa es la composición de lugar que nos hacemos para abordar las acciones que hay que tomar en una situación como esta, de emergencia.

CRC-SAS: ¿Cómo están abordando el problema los países afectados?

JB: A través de varias vías.  Una de las más importanteses el SISSA, porque ayuda a entender qué está pasando. Entender cómo está el clima, qué ha ido pasando con el clima y con la sequía en todos sus aspectos –la hidrológica incluida- es fundamental.También es importante decir que a través de instancias como el Comité Intergubernamental de los Países de la Cuenca del Plata, se tiene posibilidades de interactuar fuertemente a través del Foro Argentino de Cooperación.Tenemos también intercambios con los técnicos de Brasil, muy frecuentemente, y de esa manera es imposible no abordar una situación como la que estamos viviendo y entender cómo le pega duro a Brasil. En este momento, Brasil tiene 5 estados en emergencia hídrica, y otros tantos en situación casi de emergencia.

CRC-SAS: ¿Qué significa que estén en emergencia?

JB: Cuando hay una emergencia como esta hay que analizar racionalmente todos los usos, establecer prioridades y fijar paradigmas de operación. En el año 1999-2000, con La Niña, Brasil tuvo una afectación muy severa en los estados de Sao Pablo y Paraná. Sufrieron una sequía de la que Argentina ni se enteró, porque el embalse de Itaipú reguló bajando el nivel del embalse en 4 metros y medio con respecto al nivel operativo normal. Una situación que no quieren volver a vivir y por eso se cambió el paradigma.

Después, en 2014, se dio una situación muy particular, porque hubo un contraste muy severo en la región, entre lo poco que llovía en algunas zonas  y lo mucho que llovía en otras. No llovía en el estado de Sao Paulo, mientras que el Río Uguazú, en el estado de Paraná, mostraba una crecida muy significativa que nos puso en jaque permanentemente. O sea, estuvimos en una situación contrastante de los dos escenarios extremos al mismo tiempo. Brasil también, en el 2014 cambió los paradigmas.

CRC-SAS: ¿Cómo afecta la emergencia hídrica a un poblador rural en cualquiera de los cinco países que están sufriendo esta sequía?

JB: En primer lugar, tiene que hacerse a la idea de que lo que le pasó hasta ahora no tiene visos de terminar, que va a continuar con lluvias por debajo de lo normal, y esto afecta las decisiones que tendrá que tomar, como cuándo sembrar, por ejemplo.

Por otro lado, con la captación de agua subterráneas va a tener problemas, pues no se trata solamente de una indisponiblidad de agua superficial sino también de aguas subterráneas. Con la persistencia de la sequía todas las fuentes de agua se ven resentidas. Además, dependiendo de dónde esté ubicado, va a tener problemas de energía.

Un ejemplo muy concreto: El NEA recibe combustible líquido vía fluvial. Por las consecuencias de la bajante, la navegación fluvial se ve condicionada fuertemente, entonces el movimiento de buques hacia el NEA se ve complicado, con lo cual la disponibilidad de combustible se ve complicada también. El combustible para el tránsito motor y también para la generación eléctrica. Pensemos en Brasil. Hasta no hace muchos años atrás Brasil cubría su demanda eléctrica con un 95% de energía hidroeléctrica. Con la bajante del 2014, uno de los cambios de paradigma que asumieron fue que tenían que cambiar la matriz eléctrica, el esquema de fuentes de energía. Empezaron a comprar más gas a Bolivia, empezaron a hacer más explotación off shore, a explotar la energía eólica.

Y  actualmente encontramos que la energía hidroeléctrica,  que llegó a representar el 95% del total,  hoy está en el 50%, en gran medida como consecuencia de las sequías y las bajantes. Ese es el esquema que tienen hoy.

CRC-SAS: Entonces, en síntesis, esta situación, ¿qué sectores afecta?

JB: Las tomas de agua urbana, la navegación fluvial, la fauna íctica, que está severamente condicionada. Luego los incendios, que todavía no empezaron, pero eventualmente van a empezar; la inestabilidad de márgenes; el problema de la calidad de aguas, en lo que hace a los contaminantes y a los sedimentos. También el problema de la floración algal que es un tema que va a tener su afectación; el turismo; la hacienda en isla.

El agua en Argentina está muy mal distribuida, el cuarto noreste tiene el 90% del recurso hídrico, y vivimos en una relación amor-odio con el agua de manera que, cuando nos falta, nos pega mucho, y cuando sobra nos pega también. Apenas nos alejamos de los valores medios, tenemos algún tipo de impacto.

CRC-SAS: ¿Este es un problema que requiere soluciones globales, regionales?

JB: Todos los países de la región necesitan financiamiento internacional. En lo que hace al manejo técnico en el amplio espectro de cuestiones que hacen a la Cueca del Plata, interviene el Comité Intergubernamental de Países de la Cuenca del Plata, todo eso requiere una visión muy integradora. Y en esa relación aparece la OMM con sus programas. En un futuro no muy lejano, el monitoreo hidrológico lo vamos a hacer en forma muy interactiva entre todos los países.

Aprovechemos para decir que el diálogo con los países vecinos es sumamente fructífero, a nivel técnico hay una relación muy estrecha. Eso facilita la tarea. Gracias a esa comprensión mutua, aun en este contexto, podemos definir escenarios y apoyar la toma de decisiones de las provincias y de la nación misma.

CRC-SAS: ¿Qué puede aportar el Proyecto SISSA en estos contextos?

JB: La red GIRCYT tiene mesas que abordan problemáticas distintas. La mesa de sequías es un ejemplo de buen funcionamiento. Uno de sus insumos es el del SISSA y en la medida en que ese insumo se utilice, estamos dando un paso muy importante para adelante, para apoyar la toma de decisiones.

CRC-SAS: ¿Qué medidas de adaptación se podrían tomar frente a la posible recurrencia?

JB: Una fundamental es aprovechar esta situación para resolver los problemas de las tomas de agua y hacerlas más versátiles, que sean más parecidas de una ciudad a otra, para que las soluciones sean más fáciles de replicar de una ciudad a otra y el costo logístico de adaptación resulte menor.

Otro tema es el de la conciencia colectiva, de la disciplina en el uso del agua. Todo aquel que vive en zona ribereña ha tenido problemas de escasez o indisponibilidad del recurso. Tenemos que aprender de una vez por todas a hacer un uso racional, cuidadoso, tanto en cantidad como en calidad.