La persistencia del fenómeno de La Niña sumado a la baja en las precipitaciones que se observan en la región hace que el país registre un evento de sequía con impactos sin precedentes. Desde el Servicio Meteorológico Nacional –integrante del SISSA– remarcan la importancia de proporcionar información integrada e interdisciplinaria que permita gestionar y consolidar planes y acciones nacionales para mitigar el impacto de estos eventos severos.

 

El tercer año consecutivo de sequía que atraviesa Argentina ha tenido impactos severos en distintas regiones del país, con bajante de ríos, pérdidas de cultivos y un constante trabajo de las autoridades nacionales e instituciones científicas para establecer protocolos y políticas que permitan contar con un seguimiento y una gestión del riesgo acordes a la gravedad del fenómeno. El Servicio Meteorológico Nacional es una de las piezas clave que proveen información a los tomadores de decisiones, y desde allí califican a la actual situación como “bastante significativa” en cuanto a los impactos.

“Esta sequía ha afectado sobre todo en la zona núcleo en estos últimos meses”, comenta Karina Flores, integrante de la Dirección Central de Monitoreo del Clima, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). “También la bajante del Río Paraná de hace dos años fue algo que nunca se había visto en los últimos 50 o 60 años. Todo esto está muy relacionado con la falta de lluvias, primero en el centro de la Cuenca del Plata, y luego se fue extendiendo a todo el país a consecuencia de La Niña”, explica Flores.

José Luis Stella trabaja en la Dirección Nacional de Ciencia e Innovación en Productos y Servicios del SMN, y aclara que durante estos tres años la sequía “no siempre afectó a una misma región pero sí a una gran parte del país. La bajante del río Paraná y los incendios en la provincia de Corrientes son un ejemplo de esto. Y la sequía se tornó histórica por la persistencia del fenómeno de La Niña, que sabemos que está relacionado con el déficit de lluvias. Es por eso que ahora la zona núcleo está atravesando uno de los años más secos de su historia”.

A juicio de las y los integrantes del SMN, lo que hace más grave este evento de sequía es la combinación de varios factores: “En otros eventos de La Niña estábamos por ejemplo en una fase húmeda, como lo fue en las décadas del 80 y del 90. Ahí la sequía no tuvo el impacto que está teniendo ahora, en donde las precipitaciones están disminuyendo y se han encontrado estas dos oscilaciones, La Niña por un lado y la baja en las lluvias que se observa en la región. Eso, sumado al calentamiento global, hace que el impacto sea mayor. Son muchas las variables que se deben asociar para entender el impacto que está teniendo este evento”, evalúa Stella.

Para hacer frente a la situación de la bajante del río Paraná, se definió desde el Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR) de Argentina una mesa dedicada exclusivamente a estudiar y relevar los efectos de dicha bajante. “Todas las herramientas de monitoreo y pronóstico del SISSA se emplearon mucho en esas reuniones”, señala Lorena Ferreira, de la Dirección Servicios Sectoriales del SMN. Esa instancia produjo medidas gubernamentales tales como la creación de un Fondo de Emergencia Hídrica de 1.000 millones de pesos argentinos para la asistencia de las provincias y localidades afectadas.

 

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Bajante del Río Paraná. Foto: Agencia de Noticias Telam.

 

El Servicio es parte también de la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías: “Estas reuniones empezaron a fines de 2019 y todos los meses elaboramos un informe del estado actual de la sequía, que es un semáforo que permite ver la principal afectación en las distintas regiones. Este fue un disparador para varios tomadores de decisiones y funcionarios de ministerios”, relata Stella.

“La Mesa Nacional está dentro del SINAGIR y ellos coordinan a nivel regional y provincial las acciones a tomar. La Mesa está conformada por instituciones nacionales que integran la red GIRCyT. Hay elaborados documentos y protocolos a seguir en cada situación. Esta Mesa, al ser interdisciplinaria y contar con la participación de varias instituciones permite que cada cual haga su aporte desde sus productos y su expertise, y eso nos nutre y nos da un panorama más general de lo que es la sequía, porque justamente la sequía no es solo meteorológica sino que afecta a distintas áreas y actividades”, amplía Flores.

La integrante de la Dirección Central de Monitoreo del Clima afirma que el contar la mirada de otras instituciones nacionales “es muy positivo y gracias a esto el informe que elaboramos termina haciéndose eco en distintos sectores porque reúne mucha información, la simplifica y se la muestra al usuario de una manera muy clara y concisa”. De esta manera “al marcar las regiones en donde hay sequía severa, moderada o leve en un mapa el usuario ya sabe en dónde hay que tomar las decisiones y con respecto a la gestión del riesgo sucede lo mismo”.

Los productos del SISSA como insumo clave

Consultados acerca de cuáles son los productos que utilizan para elaborar sus informes, desde el SMN aseguran que una de las fortalezas es la descarga de los datos, además del acceso rápido.

“Del SISSA el que más usamos es la estimación del SPI del CHIRPS, porque el Servicio tiene un gran vacío de estaciones en superficie en algunas regiones como Chaco o el norte de la Patagonia, por lo que no podemos saber con nuestros datos qué está pasando ahí. Entonces, este producto del SISSA nos permite cubrir estos vacíos y tener más información sobre esas regiones. Sabemos que tiene limitaciones, pero nos sirve para saber cómo se va extendiendo la sequía y sus impactos”. Además “usamos el SPI que está calculado con las redes de estaciones de superficie para elaborar un índice integrado que presentamos en la Mesa de Sequías. También el mapa de evolución de la sequía en donde se puede comparar el SPI de cualquier escala en otro período de tiempo es muy útil”, completa Karina Flores.

 

Foto: Servicio Meteorológico Nacional. 

 

Por su parte, José Luis Stella destaca las herramientas de visualización “que hacen que la página sea muy útil, sobre todo el poder elegir los períodos y que no sea algo estático. Como la actualización es periódica no hace falta esperar hasta fin de mes para tener la información y se pueden tener disponibles los valores parciales”.

Lorena Ferreira comenta que en el caso de la Dirección Servicios Sectoriales “recibimos distintas solicitudes de usuarios que tienen que ver con sequías para las que usamos los productos del SISSA. Por ejemplo, para los informes que presentamos en la Comisión Nacional de Emergencia y Desastre Agropecuario. El Servicio es una de las instituciones que, junto con el INTA, están encargadas de realizar informes técnicos y allí se colocan los resultados de la Mesa de Sequía porque representa un consolidado a nivel nacional de muchas instituciones”. También aclara que dentro de estos reportes se incluyen productos del SISSA, “en particular, todo lo que tiene que ver con las categorías del índices de sequías, la evolución y tendencias”.

Otro espacio en donde se utiliza la información del SISSA tiene que ver con el monitoreo de las variables hidrológicas: “En las reuniones del Consejo Hídrico Federal (COHIFE) usamos los productos del SISSA para dar un marco regional, porque hay mucho interés en lo que sucede en la Cuenca del Plata”. Ferreira remarca que “lo interesante que tienen los productos del SISSA es que trascienden la Argentina, y eso es importante destacarlo, sobre todo para los especialistas en la componente hídrica. Los índices de sequía, lo mismo el NDVI en la web del CRC-SAS y los índices de vegetación y los productos de precipitación se usan mucho, sobre todo dependiendo de si hay un cambio o no en las condiciones de la zona que se está monitoreando”.

Por último, Ferreira relata que el Servicio recibe solicitudes de informes de sequía que ingresan vía expedientes judiciales. “Estos pueden ser en algunos casos recientes o de sequías anteriores. En algunos casos estas solicitudes tienen que ver con algún litigio que tienen con la provincia por la provisión de agua. Por ejemplo, si hubo un productor al que no le llegó agua porque la provincia definió que no la necesitaba puede ser que haya perdido su producción. Estos informes sirven también para presentar ante un seguro. Entonces todos los productos de monitoreo hídrico son de relevancia para nosotros, y el SISSA se usa también para esto”, completa.

 

Bajante en el Río Pilcomayo. Foto: Infobae.

 

SISSA: una herramienta para la región

El Centro Regional del Clima para el sur de América del Sur (CRC-SAS), a través de su Proyecto SISSA (Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica), tiene como objetivos contribuir a reducir los considerables impactos económicos, sociales y ambientales de la sequía sobre la producción agropecuaria, generación hidroeléctrica, y navegación fluvial en el sur de Sudamérica, junto con mejoras en: (i) las capacidades institucionales regionales, (ii) la planificación y preparación, y (iii) la gobernanza de la gestión de riesgos.

A través de mapas y visualizaciones útiles para monitorear el estado actual e histórico de la sequía, la información que suministra es de vital importancia para anticipar los impactos esperables en sectores económicos y comunidades. Además, el SISSA fomenta la planificación y preparación anterior al evento de sequía, de manera de mitigar sus daños, aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad.

En la iniciativa participan servicios y direcciones de meteorología, agencias gubernamentales, instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y el sector privado de los seis países miembros del CRC-SAS: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. El intercambio de experiencias y capacidades resulta un componente clave destinado a enriquecer y fortalecer las acciones que se llevan a cabo tanto a nivel país como en toda la región sur de Sudamérica.

Sobre EUROCLIMA+

EUROCLIMA+ es un programa financiado por la Unión Europea y cofinanciado por el gobierno federal de Alemania a través del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ), así como por los gobiernos de Francia y España. Su objetivo es reducir el impacto del cambio climático y sus efectos en 18 países de América Latina y el Caribe promoviendo la mitigación y adaptación al cambio climático, la resiliencia y la inversión.

El Programa se implementa bajo el trabajo sinérgico de siete agencias: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Expertise France (EF), Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH y el Programa de la ONU para el Medio Ambiente.

Acerca del sector Reducción y gestión del riesgo de desastres: sequías e inundaciones

A través del componente Gestión del Riesgo del programa EUROCLIMA+ se implementan un total de siete proyectos. Las acciones financiadas bajo este componente buscan contribuir a la gestión del riesgo de desastres, específicamente en el caso de sequías e inundaciones, tomando como referencia el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 y los compromisos adoptados por los países en su lucha contra el cambio climático. Los proyectos financiados a través de este componente están orientados a la gobernanza, planificación y desarrollo de marcos regulatorios; a la información, comunicación y alerta temprana; y a la inversión en resiliencia ante los efectos adversos provocados por inundaciones y sequías.

Para más información sobre cada proyecto visite este link: https://www.euroclima.org/index.php/es/riesgo

Contactos

Para más información sobre Gestión y reducción del riesgo de desastre: sequías e inundaciones, escriba al correo: gestiondelriesgo@euroclimaplus.org