Para cerrar la serie de notas sobre sequías en los seis países miembro del Centro regional del Clima para el Sur de América del Sur (CRC-SAS), integrantes del Instituto Nacional de Meteorología y del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales exponen los desafíos a la hora de monitorear y anticipar sequías, y cómo las herramientas del SISSA los ayudan a comprender la dimensión de las condiciones climáticas a nivel regional.

 

Pese a que en el verano y otoño de 2022 fueron noticia las inundaciones y deslizamientos provocados por las fuertes lluvias caídas en las regiones metropolitana de las ciudades de San Pablo, y Recife, y en la región serrana de Petrópolis en el estado de Río de Janeiro, los organismos de gobierno e instituciones de Brasil relacionadas con el monitoreo y prevención de sequías aseguran que todavía el fenómeno de La Niña no ha concluido en el sur del país. El Instituto Nacional de Meteorología (INMET) y el Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (CEMADEN) son dos de las instituciones que trabajan en el monitoreo del clima y en la proyección y la gestión de riesgos de desastres provocados por las sequías y otros fenómenos, y ambos integran el proyecto SISSA. En el primero de ellos se desempeña el meteorólogo y asesor técnico Mozar Salvador, quien considera que “actualmente, solo una parte de la región sur de Brasil aún sufre condiciones secas y precipitaciones irregulares en los últimos meses. Esta región suele sufrir en períodos del fenómeno de La Niña”.

En ese sentido, Salvador aclara que “los modelos de pronóstico a largo plazo han sido importantes para predecir posibles condiciones secas o lluvias excesivas en regiones de Brasil. Sin embargo, la mayoría de estos modelos han presentado dificultades para predecir las condiciones climáticas reales en el sur del país, lo que indica que se necesitan estudios para identificar cómo se pueden mejorar y reducir los errores”.

“El problema es que en la región de San Pablo, Río de Janeiro, Minas y Pantanal, existe una previsibilidad muy baja en la escala estacional. Esto significa que las predicciones del clima en esos lugares no son tan confiables”, explica José Marengo, Coordinador de Investigación y Desarrollo del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (CEMADEN). “Durante 2022, la región del sudeste de Brasil, que incluye San Pablo y parte de la Cuenca del Plata, estuvo afectada por sequías. Lo mismo que el centro-oeste, en la región de Pantanal, y actualmente tenemos una situación de sequía en el oeste de la Amazonía, en la parte de Rondonia que incluye también a la Amazonía del Perú. Estas condiciones afectan al transporte fluvial y generan, lógicamente, un problema de crisis hídrica en las grandes ciudades”, concluye.

Pero si las precipitaciones han comenzado a ser más frecuentes en algunas de esas regiones, ¿por qué se sigue considerando que están en sequía? “Los datos tienen que ser analizados de manera conjunta, y si esa información no se explica de manera adecuada puede generar confusión, sobre todo en la población. Puede empezar a llover hoy pero no vamos a ver la mejora mañana, puede ser que pasen dos o tres meses, dependiendo la condición en la que estaba esa región o esa cuenca antes”, detalla Adriana Cuartas, investigadora del CEMADEN. Entonces, episodios como los de enero pasado “son parte de los extremos que ya estamos vivenciando en materia climática, en donde tienen lugar largos períodos secos acompañados de períodos con lluvias bastante intensas en cortos períodos de tiempo”. Esto significa que las lluvias son cada vez más irregulares y que la frecuencia e intensidad de lluvias intensas está aumentando, lo que eleva también el riesgo de desastres hidrológicos y geológicos generados por ellas.

 

 

satélite CONAE

Represa Jaguari, el mayor embalse del Sistema Cantareira, en San Pablo. Foto: National Geographic Brasil, Lucas Ninno.

 

Comprender la dimensión de las condiciones climáticas en América del Sur

A la hora de monitorear y predecir sequías, las y los técnicos del INMET se valen tanto de indicadores propios como de las herramientas que brinda el SISSA. “Utilizamos las herramientas de monitoreo climático propias del INMET, como los mapas de anomalías de lluvia y los mapas SPI”, indica Danielle Ferreira, meteoróloga del Instituto. “Además, contamos en el portal web con el Sistema de Apoyo a la Decisión en Agricultura (SISDAGRO), herramienta desarrollada con el objetivo de apoyar a los usuarios del sector agropecuario a través de productos agrometeorológicos, como el balance hídrico por cultivo”, continúa.

“Y además de nuestro modelo estadístico consultamos modelos de otras instituciones de investigación nacionales e internacionales, como el SISSA. Sus herramientas son un complemento de la información que nos permite comprender la dimensión de las condiciones climáticas en América del Sur y no quedarnos solo con los datos de Brasil”, finaliza Ferreira.

Por su parte, Marengo confirma que el CEMADEN utiliza las herramientas de SISSA “además de nuestros monitores propios de índices de sequías, de ríos, de volumen de descarga de agua que entra en los reservorios, e índices integrados de sequía. Recurrimos a todas estas herramientas no solo para monitorear sino para anticipar también la evaluación de los impactos”. Y es que en el CEMADEN “no hacemos previsión de sequías: realizamos previsión y evaluación de los posibles impactos, y eso particularmente para las grandes represas hidroeléctricas, porque Brasil depende en más del 60% del agua para lograr esa energía”, advierte el Coordinador de Investigación y Desarrollo de la institución.

“Los datos del SISSA los usamos para corroborar nuestros mapas, y actualmente estamos utilizando los datos de precipitaciones del CHIRPS, principalmente para monitorear las sequías en regiones donde no tenemos muchas informaciones in situ (pluviómetros). Para previsiones contamos con modelos hidrológicos sobre los cuales realizamos proyecciones en base a algunos escenarios que construimos con simulaciones para 6 meses o un año por ejemplo”, amplía Cuartas.

Tanto desde el CEMADEN como desde el INMET acuerdan en que la mayor cantidad de información disponible les permite trazar un panorama más completo y preciso: “La necesidad de considerar un conjunto de variables, no solo hidrológicas o hidrometeorológicas sino también algunas climáticas, ayuda a mostrar mejor lo que está pasando y a elaborar alguna previsión. Eso es en lo que estamos trabajando, en integrar la información para poder prever las condiciones de sequía, principalmente cuando hablamos de una de más largo plazo”, aclara Cuartas.

 

Foto: National Geographic Brasil, Lucas Ninno. 

 

Estos reportes, informes y otros resultados generados por las instituciones han servido para que los decisores políticos tomaran medidas al respecto. “En los últimos años, los informes técnicos que produjimos sirvieron de base para las decisiones del gobierno federal y estatal, para decretar condiciones de emergencia hídrica o estado de calamidad en relación con la sequía observada y pronosticada”, afirma Mozar Salvador.

De igual manera, todos los reportes e informes del CEMADEN “se disponibilizan al público y se ponen también a disposición de los políticos para que tomen decisiones. Tenemos un programa que se llama Garantía-Safra (una acción del Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura Familiar) y en base al monitoreo y los escenarios de sequía previstos por el CEMADEN, si tal municipio del nordeste se clasifica como uno que va a tener una sequía excepcional, los pequeños agricultores reciben un subsidio, un estipendio para que sus familias puedan sobrevivir”, comenta José Marengo.

“La información que producimos también es utilizada por el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) de Brasil. La ONS maneja el volumen de agua que se descarga de los reservorios durante las situaciones de sequía. Trabajamos en conjunto con ellos y otros actores para poder manejar el recurso del agua de la manera más eficiente posible”, completa Marengo.

Asimismo, Cuartas indica que el CEMADEN lleva adelante reuniones mensuales con otras instituciones “en donde se trata el tema de gestión de riesgos de desastres asociados a inundaciones, deslizamientos y sequías. Participan, entre otras, la Agencia Nacional de Agua y Saneamiento (ANA) y el INMET, defensa civil, y personal de universidades. También participamos en otras reuniones que organizan estas instituciones, en las que tenemos oportunidad de presentar nuestros reportes”.

Foto: National Geographic Brasil, Rogerio Florentino.

 

SISSA: una herramienta para la región

El Centro Regional del Clima para el sur de América del Sur (CRC-SAS), a través de su Proyecto SISSA (Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica), tiene como objetivos contribuir a reducir los considerables impactos económicos, sociales y ambientales de la sequía sobre la producción agropecuaria, generación hidroeléctrica, y navegación fluvial en el sur de Sudamérica, junto con mejoras en: (i) las capacidades institucionales regionales, (ii) la planificación y preparación, y (iii) la gobernanza de la gestión de riesgos.

A través de mapas y visualizaciones útiles para monitorear el estado actual e histórico de la sequía, la información que suministra es de vital importancia para anticipar los impactos esperables en sectores económicos y comunidades. Además, el SISSA fomenta la planificación y preparación anterior al evento de sequía, de manera de mitigar sus daños, aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad.

En la iniciativa participan servicios y direcciones de meteorología, agencias gubernamentales, instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y el sector privado de los seis países miembros del CRC-SAS: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. El intercambio de experiencias y capacidades resulta un componente clave destinado a enriquecer y fortalecer las acciones que se llevan a cabo tanto a nivel país como en toda la región sur de Sudamérica.

Sobre EUROCLIMA+

EUROCLIMA+ es un programa financiado por la Unión Europea y cofinanciado por el gobierno federal de Alemania a través del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ), así como por los gobiernos de Francia y España. Su objetivo es reducir el impacto del cambio climático y sus efectos en 18 países de América Latina y el Caribe promoviendo la mitigación y adaptación al cambio climático, la resiliencia y la inversión.

El Programa se implementa bajo el trabajo sinérgico de siete agencias: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Expertise France (EF), Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH y el Programa de la ONU para el Medio Ambiente.

Acerca del sector Reducción y gestión del riesgo de desastres: sequías e inundaciones

A través del componente Gestión del Riesgo del programa EUROCLIMA+ se implementan un total de siete proyectos. Las acciones financiadas bajo este componente buscan contribuir a la gestión del riesgo de desastres, específicamente en el caso de sequías e inundaciones, tomando como referencia el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 y los compromisos adoptados por los países en su lucha contra el cambio climático. Los proyectos financiados a través de este componente están orientados a la gobernanza, planificación y desarrollo de marcos regulatorios; a la información, comunicación y alerta temprana; y a la inversión en resiliencia ante los efectos adversos provocados por inundaciones y sequías.

Para más información sobre cada proyecto visite este link: https://www.euroclima.org/index.php/es/riesgo 

Contactos

Para más información sobre Gestión y reducción del riesgo de desastre: sequías e inundaciones, escriba al correo: gestiondelriesgo@euroclimaplus.org