El pasado lunes 20 en la localidad de Interlaken, Suiza, se presentó el informe de síntesis del AR6 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Entre sus resultados, destaca que entre 2010 y 2020 la mortalidad humana por inundaciones, sequías y tormentas fue 15 veces mayor en regiones altamente vulnerables, en comparación con regiones con vulnerabilidad muy baja.

 

Desde el inicio de su Sexto Ciclo en 2016, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha preparado 6 informes de evaluación. En 2018, se puso de relieve el desafío sin precedentes que suponía limitar el calentamiento a 1,5 °C. “Cinco años después, este desafío es aún mayor, debido al aumento constante de las emisiones de gases de efecto invernadero. El ritmo y la escala de las medidas adoptadas hasta el momento, así como de los planes actuales, son insuficientes para hacer frente al cambio climático”, indica el comunicado de prensa emitido por el panel el pasado lunes, cuando se dio a conocer el Informe Síntesis del Sexto Ciclo de Evaluación del IPCC (AR6).

Entre las principales conclusiones del informe de síntesis del AR6 se destaca el aumento de 1,1 °C de la temperatura observado a nivel global por encima de los niveles preindustriales, provocado por “la quema de combustibles fósiles y el uso desigual e insostenible de la energía y las tierras durante más de un siglo”. El resultado de ello, se indica, son fenómenos meteorológicos extremos “más frecuentes y más intensos, que han generado impactos cada vez más peligrosos en la naturaleza y las personas en todas las regiones del mundo”.

A su vez, los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero han sido “insuficientes” y es probable que se alcance el umbral de 1,5°C en la primera mitad de la década de 2030. Esto hace necesario poner en marcha reducciones “grandes, rápidas y sostenidas” de emisiones para evitarlo. Olas de calor más intensas, lluvias más fuertes y sequías en algunas regiones son fenómenos meteorológicos extremos que exacerban los riesgos para la salud humana y los ecosistemas. “Se prevé que la inseguridad alimentaria y la inseguridad hídrica asociadas al clima se incrementarán debido al aumento del calentamiento”, advierten.

“Con un mayor nivel de calentamiento, cada región experimentará cada vez más concurrentes y múltiples cambios en los factores climáticos de impacto. Se prevé que la combinación de olas de calor y sequías sea más frecuente”, continúa el reporte. Este incremento de las amenazas climáticas ha llevado a que, por ejemplo, entre 2010 y 2020 la mortalidad humana por inundaciones, sequías y tormentas “fuera 15 veces mayor en regiones altamente vulnerables, en comparación con regiones con vulnerabilidad muy baja”. Al respecto, Carolina Vera, co-coordinadora del SISSA y vicepresidenta del grupo de trabajo I del IPCC, afirma que “las opciones que se nos abren para adaptarnos a estos eventos extremos se vuelven más restringidas y menos efectivas con cada incremento del calentamiento. Las opciones de adaptación que dependen de la naturaleza y las de gestión del agua son dos áreas en las que la eficacia disminuirá con el aumento del calentamiento”.

 

Reunión Grupo de Trabajo Monitoreo y Pronóstico

Fuente: IPCC AR6 Synthesis Report.

 

Si bien las conclusiones de este Informe pueden parecer poco alentadoras, se afirma que existen “múltiples opciones factibles, efectivas y disponibles ahora, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse al clima cambiante. Las políticas y leyes aplicadas en diversos países ya están reduciendo las emisiones”. En esa línea, la solución propuesta por el IPCC es el «desarrollo resiliente al clima», que tiene como objetivo la integración de medidas de adaptación al cambio climático con acciones destinadas a reducir o evitar las emisiones de gases de efecto invernadero para alcanzar el desarrollo sostenible, de manera de que se obtengan beneficios más amplios.

Opciones como la infraestructura verde/natural y azul son alternativas que ayudan a la absorción y al almacenamiento de carbono y pueden reducir el consumo de energía y el riesgo de eventos extremos como olas de calor, inundaciones, fuertes precipitaciones y sequías, además de generar beneficios para la salud y el bienestar de las personas, informan.

«Este Informe de síntesis subraya la urgencia de tomar medidas más ambiciosas y muestra que, si actuamos ahora, todavía podemos asegurar un futuro sostenible habitable para todos», afirmó Hoesung Lee, Presidente del IPCC.

Justicia climática e incremento en la financiación, las claves
La justicia y la equidad son las claves para abordar con éxito el cambio climático. Las personas vulnerables que menos han contribuido al cambio climático se ven más afectadas y de manera desproporcionada, así como los ecosistemas en los que habitan. Es así que se advierte que “la adopción de las medidas adecuadas en la actualidad puede dar lugar a un cambio transformador esencial para lograr un mundo sostenible y equitativo”. Una de las metas es lograr la ampliación de la financiación, que debería incrementarse entre 3 y 6 veces, y que resultará crucial para los países en desarrollo.

Compartir tecnologías, conocimientos especializados y tomar medidas políticas adecuadas, además de la financiación suficiente, será esencial para que cada comunidad reduzca o evite el consumo con altas emisiones de carbono. “Al mismo tiempo, mediante una inversión considerable en las medidas de adaptación, es posible evitar los crecientes riesgos, especialmente en el caso de los grupos y las regiones vulnerables”, afirman desde el IPCC.

 

 

Fuente: IPCC AR6 Synthesis Report.

 

En un mensaje publicado el pasado lunes en redes sociales, el Secretario General de la ONU, António Guterres, describió al informe como una «guía práctica para desactivar la bomba de relojería climática» y anunció que propondrá al G20 un «Pacto de Solidaridad Climática», entre las economías desarrolladas y las emergentes, en el que todos los grandes emisores harían esfuerzos adicionales para reducirlas. Esto significará también la movilización de recursos financieros y técnicos para apoyar a las economías emergentes, en un esfuerzo común para garantizar que la temperatura global no aumente más de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.

Guterres confirmó que presentará un plan para impulsar los esfuerzos para alcanzar este Pacto a través de una Agenda de Aceleración, que buscará el compromiso de los líderes de los países desarrollados a llegar a cero emisiones netas lo más cerca posible de 2040, y los países en desarrollo lo más cerca posible de 2050.

Entre los principales puntos de la agenda se destaca el fin del carbón, la generación cero de electricidad para 2035 en todos los países desarrollados y para 2040 en el resto del mundo, y el fin de todas las licencias o financiación de nuevos yacimientos de petróleo y gas, y de cualquier expansión de las reservas de petróleo y gas existentes.

Estas medidas, sentenció el líder de la ONU, “deben ir acompañadas de salvaguardias para las comunidades más vulnerables, el aumento de la financiación y las capacidades para la adaptación y las pérdidas y daños, y la promoción de reformas para garantizar que los bancos multilaterales de desarrollo proporcionen más subvenciones y préstamos, y movilicen plenamente la financiación privada”.