Hoy, la sequía es considerada como uno de los desastres más importantes que sufre el país. Estudios recientes han indicado zonas con alta exposición a los déficits hídricos. Algunos de los factores que predisponen al país a la sequía son las altas temperaturas y los impactos de El Niño – Oscilación Sur, especialmente su fase fría (La Niña) con precipitaciones por debajo de la media histórica. En la actualidad, el país viene sufriendo una fuerte sequía iniciada hace tres años, tanto o más grave que las anteriores, con impactos negativos en agricultura y ganadería, y la drástica disminución de los caudales en los ríos principales a sus niveles más bajos en casi ocho décadas.

 

Desde 2020, los efectos de esta mayor y prolongada sequía derivaron en incendios forestales masivos que, además de significar una importante pérdida de biodiversidad, afectan la calidad del aire, con consecuencias en la salud de las personas. Los impactos negativos para la población también se originan en la falta de agua potable, en la inseguridad alimentaria y en la falta de bienestar (Coronel et al., 2021).
Estos problemas, sumados a la pandemia de COVID-19, provocaron el final de un ciclo de siete años consecutivos con crecimiento económico para el país.

 

 

Para conocer más, descargue el policy brief  Consolidando iniciativas para enfrentar la sequía en Paraguay.