El artículo -que utiliza las herramientas de monitoreo y predicción del SISSA- tuvo como objetivo analizar y entender el déficit de precipitaciones ocurrido durante el trimestre octubre-noviembre-diciembre de 2022 en la región centro sur de Sudamérica

 

Publicado en la revista interdisciplinaria Climatic Change, se dio a conocer un estudio realizado por un grupo de investigadoras e investigadores de la región, que analiza la interacción entre cambio climático y variabilidad natural para el período comprendido entre octubre, noviembre y diciembre de 2022 en la región de Sudamérica -que se describe en la figura 1- en donde se produjo un déficit de precipitaciones asociado a la ocurrencia de un evento La Niña. Este análisis de atribución buscó identificar si el cambio climático antropogénico fue también un factor determinante, y para ello se estudiaron los patrones de lluvias de los últimos 40 años, aunque no se pudo determinar que esta tendencia “exceda lo esperado dentro de la variabilidad natural”.

 

Reunión Grupo de Trabajo Monitoreo y Pronóstico

Clasificaciones de sequía basadas en el índice estandarizado de precipitaciones de 3 meses (SPI-3), que refleja la magnitud del déficit de precipitaciones de octubre a diciembre de 2022 en relación con la climatología de 1980-2010 en tres productos de datos grillados. El contorno azul en negrita representa la región de estudio y las estaciones con marcas cruzadas utilizadas en el análisis observacional son: 1, Porto Alegre; 2, Salta; 3, Las Lomitas; 4, Santiago del Estero; 5, Córdoba; 6, Rosario; 7, San Rafael; 8, Buenos Aires; 9, Azul.

 

“Para aclarar si esta tendencia se puede atribuir al cambio climático, analizamos en modelos climáticos eventos de escasez de precipitaciones que ocurren cada 20 años en la misma región. Los modelos muestran que la gravedad de los episodios de escasez de precipitaciones disminuye (es decir, se vuelven más húmedos, contrario a la tendencia observada en la mayoría de los registros meteorológicos), aunque esta tendencia tampoco es significativa y es compatible con la variabilidad natural. Por tanto, no podemos atribuir la escasez de precipitaciones al cambio climático”, concluye la investigación. Sin embargo, el alza de las temperaturas que sí se atribuyen al cambio climático provocó la disminución de la disponibilidad de agua en los modelos utilizados, indicando de esta manera que la actividad humana sí habría influido en el aumento de la sequía agrícola, aunque no se puede cuantificar de manera efectiva este efecto. “Esto significa que si bien la reducción de las precipitaciones está dentro de la variabilidad natural, las consecuencias de la sequía son cada vez más severas debido al fuerte aumento del calor extremo”, consigna el estudio.

Paola A. Arias es la primera autora del artículo y se desempeña como Profesora Titular de la Escuela Ambiental de la Facultad de Ingeniería, Universidad de Antioquía, Colombia. Arias remarca “la importancia de explicar cómo funcionan los estudios de atribución, que nos ayudan a entender mejor qué está ocurriendo y por otro lado nos permiten obtener información para elaborar posibles estrategias de mitigación y preparación. Esto nos permite contar con elementos diferentes en términos de las decisiones a tomar, dado que hay algunas acciones que son reversibles, como por ejemplo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la necesidad de tener un uso distinto el suelo, todo eso cambia al tener un estudio de atribución”.

El estudio se llevó a cabo en conjunto con integrantes del grupo World Weather Attribution (WWA, por sus siglas en inglés), que se dedica a realizar análisis de atribución de eventos individuales: “Son, por así decirlo, cazadores de eventos extremos y lo que hacen es, a partir de diferentes métodos y protocolos que han venido desarrollando, es analizar la probabilidad de ocurrencia de ese evento individual frente a la presencia de un forzamiento antrópico y sin ella para poder hacer una evaluación de cuán probable hubiera sido, por ejemplo que la ola de calor que se dio a fines de 2022 en Argentina, Paraguay y Uruguay se diera”, continúa Arias.

La investigadora también señala que entender qué eventos son producidos en parte o no por la acción humana también es importante, porque permite identificar qué fuerzas y actores individuales generan la crisis climática: “Esto permite avanzar hacia el litigio climático. Cuando se tiene evidencia de que una ola de calor en la que murieron cientos de personas en una región vulnerable hubiera sido 100 veces menos probable de que ocurriera de no ser por todo esto que se está alterando y que involucra estos elementos en litigio, esta es una manera de obligar y poner en alerta a estos actores que generan emisiones de gases de efecto invernadero a escala planetaria de tomar acciones para reducir sus emisiones”.

 

 

SISSA Reunión

 

La importancia de la información in situ

Los datos sobre la región de estudio fueron proporcionados por el CRC-SAS/SISSA. Del conjunto de 454 estaciones meteorológicas que ofrecen registros de precipitación y temperatura que abarcan el período 1961-2022, se seleccionaron nueve estaciones representativas ubicadas en la región con mayor severidad de sequía, tal como se muestra en la figura de abajo.

“Contar con herramientas como las del SISSA para hacer este tipo de diagnósticos es fundamental, y esa es también una de las grandes limitaciones que enfrentamos a diario. El último reporte del IPCC muestra cómo la escasez de información in situ en regiones como las nuestras, particularmente el sur global, África o el sur de Asia ha impedido que tengamos un nivel de conocimiento mayor de lo que está ocurriendo en cada una de esas regiones”, comenta Arias, que añade que si bien los estudios del WWA “están basados fundamentalmente en instituciones europeas, buscan para sus estudios a científicos de la región e información in situ, como ser qué se reporta en cuanto a incendios, problemas de desabastecimiento de agua o energéticos, y se trabaja con la Cruz Roja e incluso con los campesinos”. La investigadora asegura que la disponibilidad de información es uno de los puntos clave a mejorar, “pero no solo para los servicios meteorológicos sino también que los gobiernos puedan tener un mejor monitoreo y ahí el sector privado también es necesario porque también se necesita inversión en equipos, mantenimiento, etc”.

Una de las conclusiones más interesantes de la investigación se relaciona con que “la tendencia antropogénica de la temperatura aumenta los impactos de la sequía, favoreciendo, por ejemplo, mayores tasas de agotamiento de la humedad del suelo y controlando procesos biogeoquímicos como la eutrofización del agua”. Al respecto, Arias explica que la humedad del suelo “es fundamental en estos procesos de sequía”. Y continúa: “En estos procesos la evapotranspiración, es decir, cuánta agua va desde las plantas hacia la atmósfera se hace muy importante, de ahí el papel de la vegetación. Si se siembran especies que requieren mucha agua, por ejemplo la palta o la almendra, se generan cambios en la disponibilidad de agua en el suelo. Y ese cambio es fundamental para lo que es la sequía agrícola o agroecológica, por todos los impactos que presenta en este sector”.

 

Tendencias de precipitación en el trimestre octubre-noviembre-diciembre en las nueve estaciones seleccionadas con respecto a los niveles de calentamiento global medio. Los puntos representan los valores de octubre-noviembre-diciembre observados, con el evento de 2022 resaltado en magenta. (más información en el artículo completo https://link.springer.com/article/10.1007/s10584-023-03664-4). Las diferentes ubicaciones representadas por las nueve estaciones muestran diferentes tendencias, ninguna de las cuales es particularmente fuerte. Las precipitaciones en (1) Porto Alegre y (3) Las Lomitas aumentaron con los niveles de calentamiento global medio, mientras que en (2) Salta, (5) Córdoba y (9) Azul, descendieron. En las restantes estaciones examinadas no se aprecia ninguna tendencia.

 

En ese sentido, la investigadora consigna que en la sequía del período analizado “el trigo fue lo más perjudicado al igual que la soja, lo que afectó mucho los precios de los mercados internacionales. Uno de los grandes riesgos asociados al cambio climático es que hay regiones en el mundo en las que las sequías se están haciendo más frecuentes y severas, y eso empieza a tener muchos riesgos asociados, por ejemplo, a los sectores productivos, a las economías regionales y a la salud también. De ahí que la humedad del suelo sea un elemento tan importante en la dinámica de este tipo de fenómenos”.

Cuestión de matices

En la actualidad, la variabilidad natural es uno de los tantos factores de peso a considerar para comprender el cambio climático a escala regional, ya que su actividad puede intensificar o debilitar la influencia humana en el climal. Es por ello que la estrategia que proponen este tipo de estudios les permite basarse en distintas líneas de evidencia para contar con información más robusta que permita llegar a una conclusión. Sin embargo, “no todo tiene que ser contundente en cuanto al efecto del cambio climático, y eso no significa que esté mal o no sea importante el estudio”, aclara la investigadora colombiana. “Creo que la importancia de estos estudios es demostrar que el 100% de un evento no tiene por qué ser causado por el cambio climático. Hay diferentes matices, el solo entender qué está pasando para poder saber cómo lo manejo es fundamental, pero cuando lo vemos en el contexto del cambio climático nos proporciona un elemento que en los próximos años va a ser decisorio”.

Arias aclara también que centrarse tanto en la importancia de la narrativa del cambio climático “nos hace olvidar que el sistema tiene una forma natural de variar. Una de estas variaciones es si estamos en un año El Niño o en un año La Niña”, agrega. También los cambios en la cobertura vegetal, el uso de los suelos, las rápidas urbanizaciones, todo ello pueden detonar cambios en el sistema a nivel regional.

A modo de conclusión, la primera autora del artículo afirma que es necesario tener en cuenta la mayor cantidad de elementos posibles además del cambio climático a la hora de realizar un estudio de este tipo, para lograr arribar a conclusiones e información que abastezca a organismos, tomadores de decisiones y servicios meteorológicos. “Hay muchos factores interviniendo, y es muy importante también reconocer la importancia de los actores, porque el cambio climático, en el caso de la sequía de fines de 2022 que afectó a Argentina y Paraguay, entre otros países, tuvo su peso”, finaliza Arias.

 

 

Acerca del SISSA

El Centro Regional del Clima para el sur de América del Sur (CRC-SAS), a través de su Proyecto SISSA (Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica), tiene como objetivos contribuir a reducir los considerables impactos económicos, sociales y ambientales de la sequía sobre la producción agropecuaria, generación hidroeléctrica, y navegación fluvial en el sur de Sudamérica, junto con mejoras en: (i) las capacidades institucionales regionales, (ii) la planificación y preparación, y (iii) la gobernanza de la gestión de riesgos.

A través de mapas y visualizaciones útiles para monitorear el estado actual e histórico de la sequía, la información que suministra es de vital importancia para anticipar los impactos esperables en sectores económicos y comunidades. Además, el SISSA fomenta la planificación y preparación anterior al evento de sequía, de manera de mitigar sus daños, aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad.

En la iniciativa participan servicios y direcciones de meteorología, agencias gubernamentales, instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y el sector privado de los seis países miembros del CRC-SAS: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. El intercambio de experiencias y capacidades resulta un componente clave destinado a enriquecer y fortalecer las acciones que se llevan a cabo tanto a nivel país como en toda la región sur de Sudamérica.

 

Sobre EUROCLIMA

EUROCLIMA es un programa financiado por la Unión Europea y cofinanciado por el gobierno federal de Alemania a través del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ), así como por los gobiernos de Francia y España. Su objetivo es reducir el impacto del cambio climático y sus efectos en 18 países de América Latina y el Caribe promoviendo la mitigación y adaptación al cambio climático, la resiliencia y la inversión.

El Programa se implementa bajo el trabajo sinérgico de siete agencias: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Expertise France (EF), Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH y el Programa de la ONU para el Medio Ambiente.

Acerca del sector Reducción y gestión del riesgo de desastres: sequías e inundaciones

A través del componente Gestión del Riesgo del programa EUROCLIMA+ se implementan un total de siete proyectos. Las acciones financiadas bajo este componente buscan contribuir a la gestión del riesgo de desastres, específicamente en el caso de sequías e inundaciones, tomando como referencia el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 y los compromisos adoptados por los países en su lucha contra el cambio climático. Los proyectos financiados a través de este componente están orientados a la gobernanza, planificación y desarrollo de marcos regulatorios; a la información, comunicación y alerta temprana; y a la inversión en resiliencia ante los efectos adversos provocados por inundaciones y sequías.

Para más información sobre cada proyecto visite este link: https://www.euroclima.org/index.php/es/riesgo

Contactos

Para más información sobre Gestión y reducción del riesgo de desastre: sequías e inundaciones, escriba al correo: gestiondelriesgo@euroclimaplus.org