Del artículo participan investigadoras e investigadores de Sudamérica y Europa. En él se aborda una mirada integral y holística sobre este fenómeno y el manejo del riesgo, integrando distintos factores y utilizando como ejemplo la sequía registrada en 2022 en Europa.

 

Analizar, comprender y elaborar planes de acción y estrategias consensuadas en distintos niveles a la hora de llevar adelante políticas integradas de gestión de riesgo de sequías requiere de un trabajo integral. Este fenómeno y sus impactos tienen amplia trascendencia en la sociedad y en distintos sectores económicos y ecosistemas asociados. Una investigación realizada por un grupo interdisciplinario de distintos países de la región y Europa y publicada recientemente en la revista interdisciplinaria Earth’s Future propone un nuevo modelo de análisis que destaca la importancia de la naturaleza sistémica de riesgos, utilizando como ejemplo la sequía registrada durante 2022 en Europa.

“Las soluciones para abordar los crecientes riesgos de sequía no solo deben considerar los factores subyacentes del riesgo de este fenómeno para diferentes sectores, sistemas o regiones, sino que también deben basarse en una comprensión de las interdependencias, retroalimentaciones, dinámicas y amenazas compuestas y concurrentes de cada sector o sistema afectado, así como los posibles puntos de inflexión y riesgos interconectados a nivel global y/o regional”, destaca el artículo, que enfatiza en la necesidad de un entendimiento integral de la sequía dentro de la gestión del riego, y que busca ofrecer una guía para tomadores de decisiones e investigadores que desarrollen o propongan políticas públicas en esta materia.

El trabajo consigna que las sequías son causadas por “la interacción de desequilibrios meteorológicos que se propagan a lo largo del ciclo hidrológico y las actividades humanas. Los impactos resultantes de un desequilibrio entre la disponibilidad y las necesidades de agua, son graves, espacial y temporalmente complejos, interrelacionados y, a menudo, evolucionan lentamente, lo que hace que su evaluación sea un desafío”. En ese sentido, se remarca que entre 2001 y 2021, las sequías afectaron “en promedio a unos 67 millones de personas en todo el mundo cada año, con variaciones a lo largo de los años, y causaron pérdidas económicas globales de 146 mil millones de dólares”.

Si bien la sequía es un evento que puede desarrollarse por varios meses, en casos extremos, sus impactos pueden resultar en efectos dramáticos tales como hambrunas debidas a la sequía agrícola o pérdidas ecosistémicas -por ejemplo al combinarse con incendios- al cruzar puntos críticos de inflexión.

 

Reunión Grupo de Trabajo Monitoreo y Pronóstico

 

“Haciendo un poco de historia de cómo se manejaba el riesgo de sequías, en general el sector de referencia, el más estudiado y al que se le daba más importancia era la agricultura, que de hecho es uno de los sectores más afectados pero no el único”, expresa Gustavo Naumann, segundo autor del artículo. Naumann es meteorólogo graduado por la Universidad de Buenos Aires y actualmente investiga en Europa, y señala que al analizar las sequías “resaltamos que casi todos los sectores de la sociedad se ven afectados directa o indirectamente. En efecto, la falta de agua perjudica a la agricultura, a los ecosistemas naturales, bosques, selvas pero también hablando de sistemas sociales, a la producción de energía”.

Naumann continúa: “Todo tipo de producción de energía se ve afectada por las sequías, pero hay regiones que dependen mucho de la energía hidroeléctrica. En el caso de estudio que describimos en Europa esto se produce sobre todo en el norte de Italia. En las zonas de influencia de los Alpes la dependencia de la energía del agua es muy alta, pero también lo podemos pensar en Mendoza por ejemplo o en los sistemas hidroeléctricos que en general son altamente dependientes de ese recurso”.

La interrelación, central para las agendas políticas globales

Las sequías de los últimos años han demostrado claramente que los impactos no sólo están relacionados con el inicio, la duración, la gravedad y la frecuencia. En su lugar, “el riesgo de los impactos depende del grado de exposición directa e indirecta, las condiciones de vulnerabilidad intrínsecas y dinámicas de diferentes comunidades, sectores y sistemas, y las decisiones de adaptación y su interconexión. Una visión estática e incompleta del sistema conlleva el potencial de soluciones insuficientes y conflictivas”, expresa el estudio.

Una gestión proactiva del riesgo y la adaptación para generar sociedades resilientes incluye identificar e integrar planes de manejo del riesgo que incluyen factores tales como la humedad del suelo, un caudal de agua inferior a lo normal o la escasez temporal de agua y considerar su propagación a través del ciclo hidrológico. “Hay sectores que a priori no parecerían afectados de manera directa, como por ejemplo la producción de maquinaria agrícola. Pero si se considera que el sistema agropecuario sufrió una sequía y merma de ingresos, los productores no tendrán disponibilidad para comprar o actualizar maquinaria, entonces la empresa que las vende puede tener menos ganancia. Ese fenómeno no es directo sino que se relaciona con que un sector que a raíz de la sequía tuvo menos ingresos. Por eso la sequía o la falta de agua no repercute solamente in situ sino que también se propaga en tiempo y espacio, por ejemplo, a los precios de los mercados internacionales de granos, si hablamos de agricultura”, explica Naumann.

 

SISSA Reunión

 

En el verano de 2022, una sequía -que ya había comenzado con déficits de precipitaciones durante el invierno- combinada con una secuencia de olas de calor afectó a Europa. El déficit de precipitaciones y el aumento de la evapotranspiración contribuyeron a una merma significativa de los flujos de agua superficial, una reducción de la humedad del suelo y del volumen de agua almacenada en los embalses. En consecuencia, la reducción de la disponibilidad de agua hizo que no se satisficiera la demanda de agua para la agricultura de secano y de regadío, afectando negativamente al rendimiento de los cultivos en gran parte de Europa.

Como respuesta a la falta de disponibilidad de agua superficial, varios países restringieron la extracción para riego a fin de reducir la competencia por los recursos hídricos entre sectores, lo que también fue una causa parcial de pérdidas de rendimiento en materia agrícola. “Un trigger o disparador como es la falta de agua empieza a afectar una cadena de sectores, eso es lo que da a priori la idea de lo sistémico. Y cuando uno hace un mapeo de esa cadena de sectores resulta en que es casi todos los sistemas sociales y naturales. Esto evidencia que una mirada parcial, focalizada en un solo sector va a dar una visión incompleta del potencial de impactos, esto es la motivación para pasar de una aproximación por sector a una visión completa del sistema como la que proponemos. No solo considerar las potenciales interacciones entre sistemas, sino que las soluciones además deben tener en cuenta también los posibles conflictos entre sectores” añade el investigador.

El marco conceptual propuesto captura las interacciones complejas, dinámicas y no lineales de la sequía, las exposiciones directas e indirectas y las vulnerabilidades de sectores y sistemas interconectados en todas las escalas desde una perspectiva sistémica. Dicho marco tiene como objetivo proporcionar orientación para las evaluaciones de riesgos de sequía y la identificación de soluciones integradas para reducir y gestionar los riesgos de manera integral, lo que a su vez puede ayudar a informar las políticas de sequía ahora y en el futuro.

Por lo tanto, analizar las causas fundamentales y la dinámica de la exposición y vulnerabilidad directa e indirecta de las comunidades, los sectores económicos interconectados y los sistemas humanos y naturales es vital para comprender por qué las comunidades, sectores o sistemas que enfrentan el mismo evento de sequía pueden experimentar impactos fundamentalmente diferentes, señala el estudio.

 

 

Aplicación del marco conceptual de riesgo para ilustrar la naturaleza sistémica de los riesgos e impactos de la sequía utilizando la sequía que afectó a Europa en el verano de 2022 como ejemplo ilustrativo.

 

Al respecto, Naumann amplía: “El caso analizado en el paper intenta ejemplificar este abordaje para ayudar a su implementación. Pasar de abordajes reactivos a proactivos como el propuesto no es sencillo, pero creo que están las herramientas dadas para llevarlo adelante y avanzar. Este es el planteo teórico para tratar de motivar a la comunidad de investigadores o hacedores de políticas que estudian el manejo del agua por sector o un poco más parcial”.

“Todo esto busca empujar a que se pase una cuestión más proactiva. No es tan fácil pasar de un paradigma a otro”, continúa Naumann, que admite también que la subestimación de los impactos de las sequías, en particular los impactos indirectos existe: “En la mayoría de los los estudios y estimaciones recientes, las pérdidas económicas se ven subestimadas de manera significativa, debido a la dificultad de cuantificar las pérdidas indirectas, las cuales pueden ser de la misma magnitud que las directas. Por supuesto, las pérdidas en ecosistemas o los servicios que estos producen generalmente no entran en la ecuación”

La interdependencia de los sectores y sistemas económicos en un mundo altamente interconectado, los riesgos e impactos directos de la sequía pueden generar efectos en cascada (en la figura de abajo, panel b); en (a) otros sectores y sistemas en la misma región; (b) otras regiones que ni siquiera se ven directamente afectadas por el peligro de sequía o (c) las repercusiones globales.

 

 

El estudio concluye haciendo un llamado a estar abiertos a cambios transformadores y radicales en lo referido a gestión de riesgos. Propone además revisar los planes y estrategias de adaptación y gestión de riesgos hídricos y de sequías existentes para evaluar si, y cómo, se abordan los posibles efectos compuestos, en cascada y sistémicos de las sequías y los peligros potencialmente concurrentes, así como los posibles riesgos de respuesta. En algunos casos, esto podría requerir una transformación del sistema de gestión del agua.

Gestionar la naturaleza sistémica de los riesgos de sequía también implica que se deben abordar cuestiones relacionadas con qué niveles de riesgo son aceptables y justos para quién: “Los límites se pueden transferir, por ejemplo, a través de seguros contra riesgos climáticos o con instrumentos financieros tales como fondos específicos para sequías”, propone el artículo.

“Es crucial considerar un enfoque integral que trascienda más allá de la agricultura u otros sectores específicos. Es fundamental estudiar detenidamente el impacto en los ecosistemas, la disponibilidad energética, el suministro de agua y sus interconexiones ya que también involucra aspectos sociales que no pueden ser modelados matemáticamente de manera pura. El desafío de modelar el comportamiento humano o grupal plantea una interrogante clave para los años venideros”, concluye Naumann.

 

Acerca del SISSA

El Centro Regional del Clima para el sur de América del Sur (CRC-SAS), a través de su Proyecto SISSA (Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica), tiene como objetivos contribuir a reducir los considerables impactos económicos, sociales y ambientales de la sequía sobre la producción agropecuaria, generación hidroeléctrica, y navegación fluvial en el sur de Sudamérica, junto con mejoras en: (i) las capacidades institucionales regionales, (ii) la planificación y preparación, y (iii) la gobernanza de la gestión de riesgos.

A través de mapas y visualizaciones útiles para monitorear el estado actual e histórico de la sequía, la información que suministra es de vital importancia para anticipar los impactos esperables en sectores económicos y comunidades. Además, el SISSA fomenta la planificación y preparación anterior al evento de sequía, de manera de mitigar sus daños, aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad.

En la iniciativa participan servicios y direcciones de meteorología, agencias gubernamentales, instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y el sector privado de los seis países miembros del CRC-SAS: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. El intercambio de experiencias y capacidades resulta un componente clave destinado a enriquecer y fortalecer las acciones que se llevan a cabo tanto a nivel país como en toda la región sur de Sudamérica.

 

Sobre EUROCLIMA

EUROCLIMA es un programa financiado por la Unión Europea y cofinanciado por el gobierno federal de Alemania a través del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ), así como por los gobiernos de Francia y España. Su objetivo es reducir el impacto del cambio climático y sus efectos en 18 países de América Latina y el Caribe promoviendo la mitigación y adaptación al cambio climático, la resiliencia y la inversión.

El Programa se implementa bajo el trabajo sinérgico de siete agencias: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Expertise France (EF), Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH y el Programa de la ONU para el Medio Ambiente.

Acerca del sector Reducción y gestión del riesgo de desastres: sequías e inundaciones

A través del componente Gestión del Riesgo del programa EUROCLIMA+ se implementan un total de siete proyectos. Las acciones financiadas bajo este componente buscan contribuir a la gestión del riesgo de desastres, específicamente en el caso de sequías e inundaciones, tomando como referencia el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 y los compromisos adoptados por los países en su lucha contra el cambio climático. Los proyectos financiados a través de este componente están orientados a la gobernanza, planificación y desarrollo de marcos regulatorios; a la información, comunicación y alerta temprana; y a la inversión en resiliencia ante los efectos adversos provocados por inundaciones y sequías.

Para más información sobre cada proyecto visite este link: https://www.euroclima.org/index.php/es/riesgo

Contactos

Para más información sobre Gestión y reducción del riesgo de desastre: sequías e inundaciones, escriba al correo: gestiondelriesgo@euroclimaplus.org