Se llevó a cabo en la ciudad de Montevideo un encuentro destinado a recoger las lecciones aprendidas, experiencias y demandas de las distintas instituciones de ese país durante el período 2020-2023.

 

El 6 de noviembre se llevó a cabo en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) de la ciudad de Montevideo el taller “¿Qué aprendió Uruguay de la sequía 2020-2023? Desafíos y oportunidades para mejorar la gestión del riesgo de sequías”. El evento fue organizado por el Sistema de Información de sequías para el sur de Sudamérica (SISSA) y convocó a las y los principales referentes de la materia para discutir sobre las acciones que se llevaron a cabo y las lecciones aprendidas durante el período señalado. También se buscó generar acuerdos y establecer mecanismos para mejorar la gestión de riesgo de sequías y acordar acciones interinstitucionales para el seguimiento de los procesos de gestión de riesgo.

La apertura del encuentro estuvo a cargo de Cecilia Hidalgo, integrante de la Unidad de Coordinación del SISSA; Pablo Cabrera, presidente del Instituto Uruguayo de Meteorología (INUMET); y Anna Stewart, directora ejecutiva del Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global (IAI).

Cabrera destacó el trabajo que viene llevando adelante el Servicio Meteorológico junto con el SISSA y afirmó que el reto que aún persiste es seguir conociendo las instituciones y trabajar en conjunto. Por su parte, Stewart, manifestó su alegría “por ser anfitriones de esta reunión”, y resaltó el trabajo que hace 10 años viene llevando a cabo el IAI en Uruguay: “Como institución estamos orgullosos de acompañar al SISSA en estos procesos de tan importantes implicancias tanto para Uruguay en particular, como para la región en general. Nuestra misión es apoyar la ciencia, tejer relaciones entre países y enfrentar retos como el de la sequía, que no conocen fronteras”.

Hidalgo dio la bienvenida a los asistentes y les agradeció la participación: “La sequía genera impactos en la vida de todos, por lo que el trabajo coordinado es fundamental para la prevención de esos impactos. El SISSA se compromete a llevar herramientas regionales y de coordinación a nivel técnico científico ya que dispone de una visión de servicio, y es la sociedad la que espera y recibe los resultados”.

 

 

De acuerdo a las actividades previstas, el primer bloque consistió en la presentación, por parte de Gabriela Cruz -consultora SISSA de Uruguay- de la sistematización de la información que se recolectó recientemente, a través de entrevistas individuales con representantes de las instituciones clave que tienen relación directa o indirecta con la temática de sequía.

En su exposición, Cruz mostró las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas detectadas. En relación a las fortalezas, refirió que “es importante resaltar el aprendizaje social y la estabilidad institucional. Es muy bueno pensar cómo se administró la sequía a nivel energético porque durante el último episodio de escasez de agua, la energía no fue un problema en el país”.

Entre las debilidades y/o problemas se destacó el trabajo que viene realizando la Mesa de Análisis de la Situación Hídrica (MASHÍ), el cual necesita ser formalizado ya que cumple con las características para gestionar de manera integral la sequía. Cruz señaló que la Mesa fue mencionada por casi todos los entrevistados como el espacio que facilitaría la superación de dificultades.

En relación a las oportunidades identificadas se pueden mencionar: la sensibilidad que existe en la actualidad sobre el tema de la sequía; la labor de organismos como el SISSA, que articulan el trabajo a nivel regional y la sinergia con otros países para compartir experiencias y aprendizajes; aprovechar la potencialidad del Sistema Nacional de Emergencias (SINAE) y más específicamente de la MASHÍ de forma tal de lograr la interinstitucionalidad pretendida; y por último, la oportunidad de generar más aprendizaje a través de cursos, trabajos de tesis de alumnos en relación a la temática, carreras o estudios en referencia.

Por el lado de las amenazas, se listaron entre otras la necesidad de que el enfoque se vuelva sectorial e interdisciplinario. Asimismo, la disponibilidad de fondos también se identificó como una amenaza. Por último, Cruz instó a trabajar por una articulación nacional entre las instituciones participantes.

 

 

Experiencias y lecciones aprendidas de las instituciones uruguayas
A media mañana se comenzó con las presentaciones de las instituciones participantes. El objetivo fue que las y los representantes de cada organismo pudieran comentar las necesidades y lecciones aprendidas en relación a la sequía y a la gestión del riesgo de sus impactos. La ronda inició con la presentación de Walter Morroni en representación del SINAE. Morroni se refirió a la complejidad que tiene el concepto de riesgo, el cual está integrado por la amenaza y por cuán vulnerable es lo que está en juego, es decir hay dos impactos, uno intensivo y otro extensivo.

El SINAE cuenta con múltiples grupos de trabajo para asesorar en la toma de decisiones. El de Monitoreo está integrado por diversas áreas de la administración pública uruguaya y realiza reuniones mensuales, elabora informes periódicos que integran aspectos de pronóstico, y ofrecen cursos para la interpretación de los informes, entre otras actividades. “Es a través de las instituciones que el sistema puede existir y que en conjunto se puede lograr la ecuación para entender de qué se trata la gestión de la sequía y transmitirlo a las autoridades”, aseguró.

La presentación de INUMET, estuvo a cargo de Vania Méndez y Noelia Misevicius. Las expositoras realizaron una encuesta al interior del Instituto parecida a la consigna que se les brindó, a fin de realizar un relevamiento interno y conocer cuál era la visión del personal. Para responder a la pregunta: ¿Qué aprendió INUMET con la sequía?, se buscaron 3 momentos, el antes, durante y después de la última sequía. En relación al “antes” ya se había empezado a trabajar en una mejora del monitoreo meteorológico y en la vinculación interinstitucional con el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, el SINAE, y el SISSA.

Durante la sequía se sumaron pronósticos especiales para las cuencas del Río de la Plata y Santa Lucía y se intensificaron las actividades en los grupos de trabajo. “La sequía dejó como aprendizaje la necesidad de fortalecer los servicios de cada institución y fortalecerlos con recursos humanos y sistemas informativos, apostando al trabajo colaborativo, las comunicaciones intra e interinstitucional, y la difusión de la información meteorológica de forma eficiente”, afirmaron las integrantes de INUMET, así como también “incorporar herramientas de pronóstico climático, contar con una base de datos robusta, nuevos sensores de monitoreo y el refuerzo de las estaciones agrometeorológicas”.

 

 

Seguidamente fue el turno de Ximena Lacués, encargada del Área Aguas Subterráneas de la Dirección Nacional de Aguas del Ministerio de Ambiente de Uruguay, quien dio a conocer el estado de situación del registro de perforaciones y aseguró que existe un desconocimiento general sobre el manejo de aguas subterráneas en el país. “Durante la crisis se empezaron a hacer pozos con empresas perforadoras que no estaban registradas, por lo que esto complica el derecho de uso que tienen las personas sobre el pozo”, relató, y consignó que lo que dejó la sequía en el área que representa fue “un mayor conocimiento sobre el agua subterránea y la necesidad de potenciar la academia y fortalecer las instituciones”.

Por la Dirección de Desarrollo Rural del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca intervinieron Carlos Rydström, Mercedes Yacosa y Guzmán Garet. Entre las acciones emprendidas desde esa institución se destacaron los créditos a través del instrumento República Microfinanzas, la refinanciación de los programas de microcrédito rural y la nueva línea crediticia PMR-Sequía, entre otras herramientas. Los aprendizajes obtenidos dieron cuenta de la necesidad de definir con precisión la población objetivo a la que le llegan los apoyos; y gestionar de modo centralizado la base de datos para que permita centralizar la información y agilizar el proceso.

Por último, se señaló que varias de las herramientas en ejecución son financiadas por el Fondo Agropecuario de Emergencia, y que para ejecutar los fondos debe estar declarada la emergencia, por lo que no permite tomar medidas preventivas.

Otro de los expositores fue el investigador Adrián Cal, del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA GRAS). Entre las acciones realizadas mencionó las distintas publicaciones producidas y las múltiples jornadas realizadas en lugares específicos.En cuanto a las necesidades identificadas, planteó el desarrollo de productos focalizados por rubro y por sistemas productivos, que sería de gran colaboración, así como la capacitación de técnicos sobre pronósticos de sequía.

Por su parte, José Valles de la Dirección Nacional de Aguas (DINAGUA), expresó en relación a las lecciones aprendidas, la importancia de mantener y aumentar la red hidrométrica y el intercambio de datos entre instituciones que generan información, para así mejorar el conocimiento de los sistemas superficiales y subterráneos, además de generar y actualizar las herramientas de soporte. Entre las necesidades apuntó la mejora en la comunicación hacia los tomadores de decisiones y el contar con una base de datos de impactos.

A su turno, Rafael Terra, de la Facultad de Ingeniería (FING) perteneciente a la Universidad de la República, afirmó que es necesario ajustar la comunicación con el público en general para que sea de más fácil y rápida comprensión. Consignó también que es necesario mejorar la red de monitoreo y sobre la falta de recursos humanos indicó que hay interés por los estudiantes en estas temáticas. Consideró que ese es un proceso lento que debe tener como prioridad la interacción entre las instituciones.

 

 

Reunión Grupo de Trabajo Monitoreo y Pronóstico

 

Mario Jiménez del Sistema Nacional de respuesta al Cambio Climático, Dirección Nacional de Cambio Climático, explicó que la visión que desarrollan es a través de las instituciones y que el instrumento con el cual se implementa son los planes de adaptación al agro, adaptación a las ciudades y a las costas.

Por último fue el turno de Felipe Palacio, de la Administración del Mercado Eléctrico (ADME). En relación a las lecciones aprendidas, remarcó la importancia de incorporar energías no renovables al sistema y la de mejorar los pronósticos. Y con respecto a las necesidades institucionales expuso que es necesaria la priorización de la formación tanto en ciencia como en tecnología y el mejorar las comunicaciones entre instituciones.

Por la tarde Ordoqui presentó a los participantes una metodología de trabajo que podría implementarse a fin de lograr superar las barreras y limitaciones encontradas. Previo al taller los participantes recibieron un documento que contenía la propuesta de trabajo con el foco puesto en la Teoría del Cambio como marco ordenador y guía de la discusión. “La Teoría del Cambio permite la detección de los actores clave, los plazos necesarios, las diferentes estrategias, los supuestos y riesgos inherentes a identificar para sobrepasar las barreras y lograr los consensos y el trabajo integral y coordinado para gestionar los eventos y los impactos de la sequía”, afirmó.

La actividad se desarrolló en plenario, y las y los representantes dialogaron acerca de las necesidades identificadas sintetizadas por Ordoqui en su presentación y manifestaron posibles vías de superación para las mismas. Las observaciones realizadas giraron en torno a 4 ejes: el fortalecimiento institucional y de la comunicación; la necesidad de aumentar el caudal de fondos específicos para la gestión del riesgo de sequía; la formación de profesionales y de recursos humanos capacitados en el tema; y la eficientización y mejora en el acceso a la información y la importancia de poseer protocolos de registros consensuados.

Todos los asistentes dejaron en claro, su interés personal y de la institución a la cual pertenecen de continuar trabajando para fortalecer la gestión de riesgo de sequías en el país.

 

Acerca del SISSA

El Centro Regional del Clima para el sur de América del Sur (CRC-SAS), a través de su Proyecto SISSA (Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica), tiene como objetivos contribuir a reducir los considerables impactos económicos, sociales y ambientales de la sequía sobre la producción agropecuaria, generación hidroeléctrica, y navegación fluvial en el sur de Sudamérica, junto con mejoras en: (i) las capacidades institucionales regionales, (ii) la planificación y preparación, y (iii) la gobernanza de la gestión de riesgos.

A través de mapas y visualizaciones útiles para monitorear el estado actual e histórico de la sequía, la información que suministra es de vital importancia para anticipar los impactos esperables en sectores económicos y comunidades. Además, el SISSA fomenta la planificación y preparación anterior al evento de sequía, de manera de mitigar sus daños, aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad.

En la iniciativa participan servicios y direcciones de meteorología, agencias gubernamentales, instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y el sector privado de los seis países miembros del CRC-SAS: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. El intercambio de experiencias y capacidades resulta un componente clave destinado a enriquecer y fortalecer las acciones que se llevan a cabo tanto a nivel país como en toda la región sur de Sudamérica.

 

Sobre EUROCLIMA

EUROCLIMA es un programa financiado por la Unión Europea y cofinanciado por el gobierno federal de Alemania a través del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ), así como por los gobiernos de Francia y España. Su objetivo es reducir el impacto del cambio climático y sus efectos en 18 países de América Latina y el Caribe promoviendo la mitigación y adaptación al cambio climático, la resiliencia y la inversión.

El Programa se implementa bajo el trabajo sinérgico de siete agencias: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Expertise France (EF), Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH y el Programa de la ONU para el Medio Ambiente.

Acerca del sector Reducción y gestión del riesgo de desastres: sequías e inundaciones

A través del componente Gestión del Riesgo del programa EUROCLIMA se implementan un total de siete proyectos. Las acciones financiadas bajo este componente buscan contribuir a la gestión del riesgo de desastres, específicamente en el caso de sequías e inundaciones, tomando como referencia el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 y los compromisos adoptados por los países en su lucha contra el cambio climático. Los proyectos financiados a través de este componente están orientados a la gobernanza, planificación y desarrollo de marcos regulatorios; a la información, comunicación y alerta temprana; y a la inversión en resiliencia ante los efectos adversos provocados por inundaciones y sequías.

Para más información sobre cada proyecto visite este link: https://www.euroclima.org/index.php/es/riesgo

Contactos

Para más información sobre Gestión y reducción del riesgo de desastre: sequías e inundaciones, escriba al correo: gestiondelriesgo@euroclimaplus.org